martes, 31 de julio de 2012

El daño de la ausencia












EL DAÑO DE LA  AUSENCIA

No tengo ganas de hacer el amor                                    
ni tengo el amor de hacer ganas.
Tampoco tengo ganas de hacer ganas.

Marchó,
sufrí.
Se fue,
dolor.
No tengo.
No está.
No estoy. No soy.

Quizás vuelvan mañana
las ganas de tener.
Quizás, sólo quizás, si acaso él vuelve.

Quien seguro no vuelve
es el tiempo transcurrido.
El tiempo nunca anda hacia atrás.
El dolor, los vientos, la lágrima y los pájaros, tampoco
Pero el perdón, sí.                                                                        
Nuestras manos, huecas, siguen llenas de esperanza.
¡Ven!                                                  

Versos de  Aborojuan, julio veinte doce.

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